Expertos en México han descubierto más de 2,000 sitios arqueológicos y ruinas prehispánicas a lo largo de la ruta propuesta para la construcción del controversial proyecto del “Tren Maya”.
El descubrimiento de los sitios arqueológicos, realizado por medio de la tecnología LiDAR y del mapeo de elevaciones, podría retrasar la construcción del proyecto. La tecnología LiDAR —siglas de Detección y Medición a través de la Luz— consiste en enviar un haz de láser hacia el terreno para obtener una imagen detallada y en alta resolución de la superficie, incluso debajo de densa vegetación.
Los datos de elevación vía laser mostraron un total de 2.187 sitios arqueológicos a lo largo de los 366 kilómetros de la ruta propuesta para el tren, aproximadamente una cuarta parte del total de vías planeadas. Los expertos ya conocían la existencia de algunos de los sitios, pero otros causaron gran sorpresa.
La agencia EFE recordó que los nuevos sitios arqueológicos se suman a los 1,773 sitios arqueológicos detectados en el área de influencia de la obra por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La mayoría de estos se localizan en Yucatán (649), Campeche (481) y Tabasco (295), pero también se encontraron algunos en Quintana Roo y Chiapas (142 cada uno). Se trata de monumentos, pequeños caseríos mayas, estructuras más relevantes y desechos de cerámica.
El Tren Maya pasará por 50 zonas arqueológicas ya abiertas al público: diez museos, dos zonas de monumentos históricos, cinco monumentos inscritos como patrimonio mundial, 42 cenotes, y otros sitios como haciendas y antiguas estaciones.
El objetivo del tren es conectar a los populares destinos del Caribe con el interior de la península, que cuenta con una población de principalmente indígena y sitios arqueológicos, con la finalidad de estimular el desarrollo económico alrededor de sus 15 estaciones. Con una inversión de 6,800 millones de dólares, aproximadamente.
El presidente de la República Mexicana, López Obrador, reiteró que el tren es clave para reactivar la economía tras la crisis que ha dejado el COVID-19, el cual provocó una contracción histórica anual de 18,7 % del PIB en el segundo trimestre del año y la desaparición de cerca de 1 millón de empleos formales.
